Perrine Junier, joven cuidadora
En Quebec, la expresión "ser un alma vieja" se refiere a una persona joven, muy madura para su edad, que, gracias a su sensibilidad y empatía, puede ponerse en la piel de los demás, comprenderlos y ayudarlos. Es alguien que desde la adolescencia ya demuestra sabiduría y humildad.
A los 18 años, Perrine Junier está buscando trabajo. Se convierte en cuidadora en un hogar de ancianos y se ocupa de personas con discapacidades múltiples. En este establecimiento, rápidamente se da cuenta de que tiene que aprender una forma completamente nueva de expresarse. "Nos adaptamos, adaptamos nuestro lenguaje, adaptamos nuestros gestos, porque nos comunicamos más con los brazos, la mirada cobra toda su importancia, lo no verbal de hecho cobra sentido. Y lo verbal acompaña lo que dice nuestro cuerpo con ellos." (3’42)
Ahora, con 22 años, estudia enfermería en el instituto de formación de la Cruz Roja en Quetigny. En Francia, son cerca de 20.000 estudiantes los que siguen una formación sanitaria y social de la Cruz Roja. Al mismo tiempo, en octubre de 2018, se convirtió en voluntaria en las rondas. "Las rondas, es una misión de Cruz Roja en la que nos encontramos con personas desfavorecidas, personas sin hogar y personas necesitadas para proporcionarles alimentos y sobre todo vínculos sociales. Por eso, tenemos que encontrarnos durante estos rondas con muchas personas totalmente diferentes. Pueden ser jóvenes migrantes, pueden ser adultos, hombres, mujeres, que llevan 5, 10, 20 años en la calle o que llevan dos días en la calle y no saben cómo han llegado ahí." (8’43)
Durante la crisis de Covid-19, trabajó los días de semana y los fines de semana. A pesar de la fatiga, brindó apoyo y se convirtió en aprendiz en un Centro de Alojamiento Provisional que recibe refugiados. "Por lo general, no hay ninguno enfermero en este centro. Con el inicio de la crisis de salud, necesitaban esta perspectiva sanitaria para que pudiéramos establecer prevenciones, ayudar a los trabajadores, pero también a las personas recibidas para respetar las acciones correctas, monitorear los síntomas, saber si sí o no hay personas contaminadas, los riesgos, las personas en riesgo." (12’52)
Con Covid-19, la Cruz Roja Francesa ha visto un aumento del 20% en el número de personas sin hogar en París y del 50% en Rennes.
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