Simon Doreille, rompedor de tabúes
Bañarse en una cultura que nos es completamente desconocida, luchar contra sus propios prejuicios, mostrar sensibilidad para compartir su saber hacer y apoyar a las sociedades nacionales que acuden en ayuda de las poblaciones locales, esta es la misión de Simon Doreille. Referente técnico en Oriente Medio para la Cruz Roja Francesa, asegura la coordinación y coherencia de las intervenciones técnicas en agua, higiene y saneamiento durante desastres humanitarios o conflictos.
Ingeniero de formación, se dedicó al trabajo humanitario en 2010. "Pensé para mí mismo que quería trabajar en el trabajo humanitario. Recorrer mundo, devolver un poco de lo que pude recibir. Pensé que iba a hacer esto durante seis meses, así que postulé a todos los trabajos que pude encontrar en el área humanitaria." (2’14) Su primera misión: Pakistán, tras las inundaciones de 2010 que mataron a más de 1.600 personas.
Nueve años después, todavía está en misión. Actualmente radicado en el Líbano, apoya a las sociedades nacionales: la Media Luna Roja Siria, la Media Luna Roja Iraquí y la Cruz Roja Libanesa. "Cuando hay una catástrofe humanitaria, la que tenemos ahora mismo, tenemos tres: la guerra civil en Siria, la inestabilidad y la guerra en Irak y el Covid. Entonces, cuando ocurren estos eventos, es para asegurar que la población tenga acceso a agua potable de calidad, para asegurar que los desechos se manejen - desechos, pueden ser excrementos o cubos sólidos - y poner en marcha medidas de higiene que las personas apliquen para prevenir epidemias de difundirse en estos contextos que a menudo son un poco precarios." (7’30)
Durante su compromiso, se dio cuenta de que había varios tabúes que romper, incluido el de la menstruación. Con un enfoque participativo, organiza talleres sobre higiene menstrual y quiere crear un vínculo con las comunidades con las que trabaja. "Mi objetivo, el objetivo de la Cruz Roja Francesa y de las sociedades nacionales con las que trabajamos, es tener comunidades que puedan ayudarse a sí mismas. Organizarse para ser más fuertes y resolver los problemas a menudo terribles que tienen. Tratamos de evitar el cliché del humanitario blanco que trae cosas que no son necesariamente útiles en un contexto que no conoce, pero tratamos de estar lo más cerca posible de las comunidades." (12’18)
Al igual que Simon Doreille, cada año, alrededor de cincuenta franceses se unen a las misiones internacionales de la Cruz Roja Francesa para aportar su experiencia a fin de responder al principio de humanidad, el de "prevenir y aliviar el sufrimiento humano en todas las circunstancias".
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