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VÉRONIQUE

IMPOSIBLE


Mi nombre es Véronique. Nací en un pequeño pueblo del suroeste de Francia. Me casé muy joven y me fui con mi marido a vivir a Bretaña. Él estaba en el ejército. Entre sus largos momentos de ausencia y nuestra ubicación geográfica me encontraba bastante aislada. Después de todos estos meses en el mar, nuestra reunión aún estaba por reconstruirse. Sus escalas estuvieron salpicadas de fiestas, reencuentros y mucho alcohol. De una situación que me parecía normal, una vez comencé a sentir que esta relación con la bebida era, de hecho, problemática. Nuestros intercambios fueron en realidad bastante violentos. En las palabras al principio. A veces he podido expresar mis dificultades a mi familia. Desafortunadamente, siempre me culpaban de mi responsabilidad de preservar mi hogar y mantener mi matrimonio. Y luego, después de todo, había vivido de niña en una familia donde el alcohol estaba muy presente. Amaba profundamente a este hombre y por eso tuve que lidiar con su adicción.



TOMAR CONCIENCIA


Un día, cuando tenía 8 meses de embarazo, luego de un desacuerdo por mi parte, mi esposo me abofeteó violentamente. Estaba en lo alto de las escaleras y no me sentí capaz de responder a esa bofetada por temor a caerme y poner en peligro mi embarazo y mi bebé. Esta primera forma de violencia física me abrió los ojos. No era normal. Tuve que actuar.



EL DESAFÍO


Hice lo que pude para mejorar la situación y sacarnos de esta violencia. Tenía que salvar nuestro amor. Cita con médico, con psicólogo, solo, en pareja. Era necesario hablar, dejar palabras, intercambiar, desbloquear y detener este proceso. Nuestra familia estaba creciendo con un segundo hijo. Desafortunadamente, todas sus salidas en el mar y sus largas ausencias no han ayudado a profundizar este viaje de sanación. El alcohol estaba cada vez más presente, la violencia que lo acompañaba también.



EL IMPULSO


Un día, mi hijo de 3 años vino a mi encuentro y me dio un abrazo diciendo “no pasa nada mamá, no pasa nada. Ahora estará bien. ” Mi hijo me acababa de proteger.



I'M_POSSIBLE


Algún tiempo después, durante las vacaciones de verano, visitamos a mi familia en el suroeste. Estaba agotada por esta situación. Durante una noche y frente a la veintena de invitados presentes para celebrar un cumpleaños, recibí otra bofetada. Pensé en las palabras de mi hijo, de mi pequeñito hijo. Así que le dije que se había acabado. Que no volveré a Bretaña y que nuestros hijos y yo nos quedaremos aquí, lejos de él. Fue terminado. Nunca volveré a aceptar un toque de violencia. Ahora todo iba a ser reconstruido.


Illustrations © Amélie Orhant

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